Apología de la piratería cinéfila

Se ha generado últimamente un debate alrededor de si el cantante mexicano Peso Pluma debe o no participar en el festival Viña del Mar en Chile. Dicho evento es el festival de música más importante de América Latina. Personalmente conozco solamente una canción de Peso Pluma: “Ella baila sola” que es bastante buena. No siento que dicha canción sea machista ya que, aunque usa la frase “serás mía”, no declara una propiedad absoluta. Aisladamente (a partir de esta canción) no se ve una misoginia palpable. Aún así, se dice que sus letras son denigrantes hacia las mujeres y que hace una apología de la cultura del narco. Sin haber escuchado más canciones suyas diré que este hecho es muy posible, lo puedo mencionar porque si así fuera Peso Pluma no es nada original. Al mundo le parecerá la gran novedad un narcocorrido, pero pertenece a una viejísima tradición mexicana de hacer apología a la violencia en la música. Antes incluso que el narcotráfico fuese un foco tan grande de violencia en el país, ya existían los corridos de la revolución mexicana, igual, exaltando a personas en acciones violentas.

Desde siempre en la historia de la humanidad han existido obras de arte en torno a la violencia, tómese por ejemplo el siguiente cuadro de Jacques-Louis David, Leónidas en las Termópilas, que es una exaltación romántica de la guerra.

En el caso de los Espartanos, tenemos a un pueblo cohesionado, que se saben personas libres y soberanas a las que ataca un invasor, el imperio Persa. Los Espartanos creían en la ley de Esparta, por eso salen a defenderla.

El narcocorrido en cambio, va a hacer apología del incumplimiento de la ley. Parece que viene más del resentimiento hacia la autoridad. Para mí, el narcocorrido tiene su análogo en Estados Unidos, en el gangster rap. Ahí también se hace apología de la violencia y se ensalza a quien es más agresivo, como si estar sobre la ley fuese algo admirable. Se entiende directamente porqué el afroamericano tiene esta pulsión anti-ley: dicho pueblo sufrió muchos años la esclavitud y el racismo, es decir, por la concepción histórica de este grupo étnico. ¿No viene la pulsión anti-ley mexicana de una fuente similar? Pues claro, México nació como colonia española, lo fue durante 300 años. Todavía persisten aspectos psicológicos en el mexicano que vienen de dicho tiempo. México salió de la colonia pero la colonia no ha salido de México. Así pues, el narcocorrido sigue existiendo porque, como dicen los españoles, “es lo que hay” en la mente del mexicano. Entonces, creo yo, no tiene mucho sentido cancelar a Peso Pluma de Viña del Mar porque cerraríamos la vista ante la realidad mental de México y, podríamos generalizar, de Hispanoamérica.

Personalmente no soy partidario ni de Peso Pluma ni del narcocorrido. A pesar de ello es una manifestación artística, y por tanto no creo que deba cancelarse. La verdadera forma de que no prospere Peso Pluma ni la narcocultura creo yo tiene más que ver con dos puntos: primeramente haciendo un trabajo de descolonización. Para ello existen numerosas fuentes de teoría decolonial, entre ellas la filosofía de la liberación. Segundo, creando nueva música (uno se podría imaginar un hit sobre pagar impuestos, por ejemplo). Así también creando nuevas expresiones de arte que lleven el imaginario del pueblo mexicano y en general, de los pueblos con una historia de colonización a cuestas a una nueva realidad liberada.

Así pues, es muy importante la educación de artistas nuevos, con visión a un futuro descolonizado. Y es aquí donde quiero hablar de una de las artes que más disfruto: el cine. Me parece importante ilustrarse en cine, porque de dicha educación nacen creaciones artísticas nuevas y porque, como la literatura, nos puede dar una educación sentimental. Ahora bien, cuando uno conoce menos y tiene más curiosidad sobre el cine es justo cuando el acceso al mismo es más limitado: cuando se es estudiante. Ser estudiante conlleva, por lo general, carecer de dinero para ver películas ya sea en el cine o en casa.

Recuerdo algún tiempo atrás cuando la piratería de DVD’s era la gran enemiga de la industria del cine. Hoy, en la era del streaming, no parece tan relevante económicamente, pero puede tener una función educativa. No creo que, teniendo la opción, un cinéfilo adquiriría la versión pirata si puede tener una presentación original cuidada (Blu-Ray hoy en día). Lo que la piratería ofrece al expectador es un poder adquisitivo mucho más grande. Así también, trae a los estudiantes películas que de otra forma pasarían inadvertidas por su falta de interés comercial. Si alguien ha usado Netflix o un servicio de streaming, notará que la colección disponible es limitada. No siguen un canon establecido de películas clásicas, sino que varía en el tiempo su selección. La piratería ofrece al estudiante y al cinéfilo una alternativa de presentación. La educación cinematográfica que los vendedores de cine pirata ofrecen puede ser de alta calidad. Hace falta una oferta explícita de películas de alta calidad cinematográfica para que el poco ilustrado obtenga una educación. ¿Quién no está agradecido con quien de verdad lo haya ilustrado a uno, de manera liberadora? Los vendedores piratas de cine de alta calidad cumplen una función educativa importante.

En este sentido, lugares públicos que ofrezcan educación cinematográfica gratuita también son deseables. En vez de biblioteca, cineteca. Ya existen dichos espacios, al menos yo conozco bien la de la ciudad de México. Mi punto aquí es de abrir el acceso de la gente al buen cine, sin pasar por los cines comerciales cuya oferta es limitada, de baja calidad por lo regular y sin mostrar casi nunca algo del acervo histórico. En Cancún, sin ir más lejos, se puede rehabilitar el cine Blanquita como cineteca.

¿No estoy haciendo una apología a un crimen justo cuando critica la apología a otros crímenes? Estrictamente hablando, la piratería de cine es un crimen, pero véase la diferencia. Peso Pluma y los narcocorridos hacen apología de la violencia física para imponer la voluntad propia. Aquí hago la apología de infringir el derecho de autor para la ilustración propia. Yo veo una gran diferencia. Justo, una ilustración propia es lo que combatiría la violencia física que promueve la cultura del narco. El verdadero artista ya se da por bien servido cuando su arte es apreciado, incluso si no se paga por ello. Claro, siempre buscará una vida confortable y las condiciones materiales son necesarias, pero no es por eso que lo hace.


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