Hace unas semanas México casi llega a la luna. Sonará a poco en el año 2024, además que no fue con un cohete propio Mexicano, pero es una gran hazaña cuando se considera que México es un país en el que el 36.3% de la población vive en condición de pobreza. Así también se vive una gran desigualdad económica y hay sesgos educativos importantes. En pocas palabras, el país necesita desarrollo. Sin embargo, no es que no haga nada el gobierno, sí que se hacen cosas e históricamente se ha avanzado bastante. Pero posiblemente el gobierno necesite una ayudadita para que el desarrollo llegue más profundo.
Hay problemas que el mundo en general necesita resolver. El cambio climático ha estado sobre la mesa por décadas, y aunque sí hay acciones por parte de los gobiernos para abordar el problema, la tendencia de las temperaturas planetarias siguen a la alza. ¿Quién hará lo que los gobiernos no han podido hacer? ¿Falta voluntad? ¿Acaso no hay entidades intergubernamentales con recursos e influencia que puedan tomar acciones? Pues sí que las hay, se llaman asociaciones religiosas, las que yo personalmente conozco son las iglesias cristianas. La iglesia católica, por ejemplo, ha tomado cartas en el asunto climático, el papa Francisco escribió una encíclica ‘Laudato Si’ que llama a los cristianos a ser buenos mayordomos de la Tierra. Yo no he leído la encíclica (ayúdame Dios mío con mi lista de lecturas) pero se me hace una excelente iniciativa. Los cristianos haciendo propio un problema global. A fin de cuentas, cae dentro de la doctrina cristiana cuidar de la creación divina. Y es que es un problema que trasciende gobiernos, ideologías y condiciones económicas. Visto de cierta forma, la iglesia católica es un aparato idelógico de influencia importante. Podría tomar a su cargo una hazaña que las demandas momentáneas, los compromisos políticos y las emergencias fuerzan a dejar de lado.
¿Y los protestantes? ¿No podrían hacer lo propio? El problema del cambio climático es, como dije, un problema global. Alguna acción coordinada podrían tomar.
El problema ecológico más bien parece ser un problema del mundo desarrollado. Ese mundo cuyo desarrollo tiene un precio alto: es ultracontaminante. En México entonces, el problema ecológico no parece ser tan apremiante, ya que hay otros que si son muy urgentes, pero en definitiva no puede ignorarse. Tiene el país (México) la injusta obligación de encontrar una vía de desarrollo que no sea ultracontaminante, tiene que inventar un nuevo tipo de desarrollo.
Es aquí donde los protestantes entran en escena. Tomemos la historia del protestantismo: iglesias que nacen del rechazo de la iglesia católica por malas prácticas de aquel entonces. Me interesa el símbolo más novedoso de el movimiento protestante en términos históricos: el símbolo de la lectura. Previamente a la reforma protestante, la lectura de la biblia estaba reservada al clero. La reforma trajo la apertura de la palabra de Dios a todo el que supiera leer. Asimismo, supuso una exortación a la lectura individual, y a leer en el idioma propio, sin tener que saber el latín canónico de la iglesia. El conocimiento de Dios se obtiene de manera directa. Está íntimamente ligado a estas iglesias la educación y la cultura libresca.
Es natural pensar que los protestantes promueven la lectura. Haciendo un salto considerable, el protestantismo debería llevar el desarrollo a la comunidad. Debería crear las condiciones necesarias para que se pueda tener la libertad de instrucción propia. No solamente centrarse en la vida ultraterrena, sino en la vida en la Tierra. Hay lugares dentro de México donde los servicios sanitarios no llegan y donde la educación deja mucho que desear. El protestantismo debería tomar la bandera del desarrollo humano como propia. Hacer que se lea la biblia sí, pero crear las condiciones necesarias para que sea posible su lectura. El protestantismo en México debería entonces, llevar una educación de calidad y una salubridad a zonas donde no ha podido llegar el gobierno. Enseñar biología, física, matemáticas, filosofía etcétera. Está dentro del espíritu protestante la ilustración propia y la acción independiente. Y por supuesto, una ilustración completa debe contener una educación científica. Yo ciertamente donaría a tal misión.
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