Ya que está próxima a estrenarse una nueva película de Godzilla ambientada en la década de los 40s del siglo pasado, (con un nombre muy raro, por cierto: Godzilla -1), este blog trae una nueva reseña, aunque de una instancia previa: Shin Godzilla.
Me parece que es una película muy bien lograda, aunque no soy experto en los monstruos cinematográficos, me da la impresión de no ser la habitual película de kaiju. Normalmente son películas más centradas en la acción y la destrucción. En ese sentido, la criatura Godzilla es una especie de dinosaurio gigante. Nada del otro mundo, una especie de reptil, un animal conocido, pero que mutó y se volvió muy grande. Sin embargo, Shin Godzilla es más realista en tanto que sí parece un ser mutado, una criatura que se aleja de un reptil de manera antinatural. Un ser deforme producto de la contaminación.
Un aspecto muy innovador de la película es que el monstruo mismo muta a lo largo de la trama. Empieza sin verse claramente, en la bahía de Tokio, dentro del agua, sale su cola sin mostrarse totalmente. El horror ya se anuncia en esta forma, ya que los transeúntes de un túnel subterráneo se ven amenazados ante una fisura y una inundación de lo que da la apariencia de ser sangre, al parecer proveniente del monstruo. Después lo vemos en una forma aterradora y destructora, un torpe ser enorme que podría ser un reptil bípedo que no se puede levantar. Aún así, se arrastra en tierra destruyendo todo a su paso. Mide alrededor de 50 metros y no tiene párpados, lo que nos recuerda a un pez, así también, tiene branquias. El monstruo se arrastra sin aparente conciencia. Las personas a penas pueden escapar.
Un aspecto brillante de la película es su realismo en cómo representa la transmisión de información ante tal evento. Se siente muy contemporánea en ese sentido. La reacción humana por parte de las autoridades japonesas es un diálogo con múltiples voces que pasa a un ritmo bastante rápido. Tanto que se vuelve muy cansado ver la película con subtítulos, así que la recomiendo ver doblada. Las autoridades competentes se reúnen a hablar de la situación, desde el incidente en el túnel. Se ve claramente que no entienden lo que pasa. Aquí vemos que en realidad es un Japón de otro universo, uno donde no existen los kaijus en el imaginario colectivo.
La rareza y la novedad del evento de la emergencia de Godzilla hace que haya momentos de comedia involuntaria, por ejemplo, el primer ministro anuncia en conferencia de prensa que lo más probable es que la criatura no salga del agua y ahí mismo le informan que ya salió y que se arrastra por la ciudad. También sale a relucir la falta de entendimiento y torpeza con que un aparato gubernamental se vería enfrentado: hay preocupación sobre los ‘vacíos legales’ que se generan. No hay protocolos que seguir, se ve y se siente el caos dentro de la administración. Godzilla mientras, sigue destruyendo Tokio, se detiene y ya en tierra cambia de forma, crece y le salen brazos que no tenía. Se hacen maniobras para salvaguardar a la población. De repente, Godzilla desaparece, regresa al mar. Un respiro para los administradores públicos.
La amenaza de Godzilla sigue latente. Se comienza una investigación sobre la naturaleza del monstruo, la parecer un científico estuvo haciendo experimentos con seres vivos y depósitos radioactivos: Godzilla es resultado de la era nuclear. El grupo de investigación está integrado por personas raras y nerds, acorde a la rareza del suceso. Finalmente Godzilla resurge del mar, nuevamente evolucionado, ahora mide casi 120 metros y tiene forma similar al Godzilla clásico, pero es más grotesco y aterrador. Esta vez están mejor preparados: la artillería pesada le hace frente a Godzilla, sin embargo no es suficiente para detenerlo.
Después llegan los drones y Godzilla responde mostrando su arsenal: un aliento atómico, saca un fuego que más bien parece un plasma. Su aliento llega lejos, devastando media ciudad, cortando edificios de tajo. Así también saca rayos de sus escamas dorsales y de la cola. Un poder de destrucción inmenso. Después de un ataque tan grande Godzilla se queda sin energía y se queda quieto, recargando. Se quedará así un par de semanas. Para no seguir con tanto espoiler resumo: se hace un plan para apagar a Godzilla con un coagulante, ya que es un reactor nuclear vivo inmenso. Se le administra en la boca mientras duerme, despierta pero vuelve a caer y terminan de darle el coagulante, que acaba con Godzilla. La película termina mostrando la siguiente aterradora evolución de Godzilla, la que estaba preparándose si no se hubiera detenido antes…
A estas alturas de la historia del mundo debería ser claro qué es lo que representa Godzilla: el horror producido por la bomba atómica. En efecto, el hecho de una destrucción tan grande que tiene lugar en un solo día solamente se entiende como el ataque de un monstruo masivo. La bomba atómica usada en la segunda guerra mundial causó una devastación nueva por la escala y por la contaminación radioactiva. También con consecuencias psicológicas importantes. Godzilla es la encarnación de un trauma colectivo. El trauma de la bomba atómica usada de forma hostil. Japón es el único país que ha sufrido dicho trauma. La segunda guerra mundial todavía tiene reverberaciones en el mundo contemporáneo, lo ha moldeado. En el caso de Japón el trauma revivió con el desastre nuclear de Fukushima en 2011 y de ahí sale la inspiración de Shin Godzilla de 2016.
El pueblo judío también es el gran símbolo del trauma de la segunda guerra mundial. No solo como símbolo, también viven con la precencia constante de los horrores de la guerra. Considerando eso, no sorprende la reacción muy irracional en ocasiones con respecto a cualquier insinuación de hostilidad desde fuera.
¿Cómo superar la segunda guerra mundial? He ahí un reto del presente. Posiblemente un evento así necesite una perspectiva externa. La cuestión es que la segunda guerra mundial no fue tan mundial. No incluyó a Latinoamérica ni África a la mayoría de Asia ni Australia et cétera. Estas zonas no cargan con dicho trauma, tendrán otros, pero ese no. Vencer a Godzilla fue posible, pero necesitó de un plan y un esfuerzo coordinado. Es necesario conocer al monstruo con el que se trata para aplicar el remedio adecuado.
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