La Raza Cósmica

A pesar de no conocerlo a fondo, José Vasconcelos me parece una persona familiar. Era primero político y después filósofo. En mi caso, yo me considero primero físico y ¿porqué no? también filósofo. ¿A quién engaño? Este blog quiere ser evidencia de esto. La filosofía es, a mi manera de entenderla, una actividad humana que está cerca del corazón, más cerca de lo que están las matemáticas y la física. Por ahí donde están la poesía y el arte en general.

Es también una actividad emancipadora, aunque no siempre es una actividad feliz. A veces entristece y hace decaer el ánimo, no por ello desalienta a quienes filosofan. Es una actividad que familiariza a la humanidad, uno se hace de padres y abuelos intelectuales: Kant, Nietzsche, Spinoza, etc.. Y aunque en su mayoría el canon filosófico está compuesto por hombres blancos europeos, su compromiso con la filosofía y la verdad son genuinos. Les debemos mucho, mostrarnos que ciertas cosas hay que pensarlas bien y verlas de un modo especial. Les debemos un esfuerzo grande por mostrarnos, a los inocentes que éramos sus descubrimientos adquiridos y el camino que han seguido en su pensamiento. Y aunque personalmente, soy físico teórico, me han inspirado gran amor a este quehacer humano.

También tengo tíos intelectuales dentro de la física: como mi tío-bisabuelo Albert, a quien admiro sinceramente. Aquí dejo una foto que me tomé con él hace algún tiempo.

Una foto con mi tío-bisabuelo Albert.

Personalmente, disfruto el aspecto retraído de la física: a veces uno puede apartarse de los súmamente urgentes problemas humanos y discusiones político-filosóficas y dedicarse a hacer cuentas. Y ya que estamos por aquí diré que tengo proyectos filosóficos y teorías en desarrollo. ¿Habrá un día un libro? Manténgase al pendiente en este blog. Es mi intención desarrollar dichos proyectos a la par de mis proyectos científicos, creo que son de igual importancia.

Regresemos a Vasconcelos y su libro “La Raza Cósmica”. Resulta muy interesante su uso del concepto de raza humana. Normalmente sería un concepto peyorativo: vinculado a una raza que se siente superior por algún motivo arbitrario (pies bonitos, caderas anchas, yo que se). El siglo XX es testigo del desastre causado por este uso despectivo. Vasconcelos usará el concepto sí para causar orgullo, pero no peyorativamente. Porque, aunque lo usual es la “pureza” de una raza, para él lo óptimo para el ser humano es la mayor mezcla posible de razas. Es decir, la desaparición del concepto de raza se logra mediante el mestizaje. Se llega así a una raza humana planetaria, de cara al cosmos.

Claramente estamos ante una utopía. Hay un sinfín de problemas prácticos en medio. Por ejemplo, hay una pretensión internacionalista aunque la obra misma tiene un tinte nacionalista, posiblemente la filosofía es inseparable de la geopolítica. A propósito de su libro diré a manera de crítica que lo que le sobra de nacionalismo le falta de ingenuidad.

Creo que Vasconcelos es un buen lector del espíritu latinoamericano, pero no se si la medicina que propone cure la enfermedad, seguramente algunos síntomas. La cuestión es que involucra cierta forma de orgullo. Posiblemente le falta una teoría de la sexualidad humana, así como de las estructuras familiares y tribales (perdonará el lector la falta de cita a Foucault). A fin de cuentas, el mestizaje es un fenómeno sexual y familiar. Sería entonces un gran proyecto que entendiera los problemas psico-sexuales y detectara la raíz de las enfermedades humanas de esta índole.

Suponiendo que Vasconcelos hubiera solucionado el problema que detecta en los años 20 del siglo anterior, cuando fue publicado el libro y con la posterior explosión demográfica, posiblemente el ideal que narra en su libro ya se hubiera logrado. Desgraciadamente, el tema de la sexualidad humana es tan complejo como la psique misma.

Seguimos viviendo en un mundo donde hay barreras étnicas y raciales y la voluntad de dominio sigue causando guerras. Tómese por ejemplo la invasión rusa a Ucrania, nada más alejado al ideal de mezcla pacífica de la utopía Vasconceliana. A pesar del argumento de ser la misma raza, la unión de Vasconcelos es una unión sexual y familiar, sin consentimiento por ambas partes no puede ser una unión feliz.

Creo que el problema central del libro es el de brindar a latinoamérica de una identidad siendo un pueblo nacido en la modernidad. Pareciera que la modernidad es antagónica a las identidades humanas, que se pierden en las arenas de la historia. A pesar de que se piense lo contrario, el ser humano sigue siendo humano. Así pues, no debería sorprender la necesidad de una identidad, de algún relato del cual echar raíces. Dicho problema remite a pensar en la situación de la humanidad situada en un planeta contra el inmenso universo exterior. Haciendo un salto de escala temporal, el problema es más o menos análogo.

Lo normal en latinoamérica ha sido el mestizaje, no debería sorprender entonces que gran parte del pensamiento de los seres humanos de esta parte del planeta venga de esta mezcla racial. Sin embargo, ésta teoría es también un grito de justicia por los pueblos que han sido avasallados y marginados en nombre de un ideal civilizatorio. Cuando se toma ésto en consideración podemos entender el vacío de identidad que existe en el pueblo latinoamericano, el problema que quiere resolver Vasconcelos.

Pareciera que a Vasconcelos no le dio tiempo de expandir su teoría. Recordemos que era funcionario público y diplomático. Deja, sin embargo, ideas fecundas para pensar y una preocupación sincera de que el pensamiento inspire al pueblo latinoamericano y en general a la humanidad.


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2 responses to “La Raza Cósmica”

  1. Sylvia Avatar
    Sylvia

    Interesante análisis! Gracias por compartirlo.

    Me interesa saber más sobre a qué te refieres con esto: “Sería entonces un gran proyecto que entendiera los problemas psico-sexuales y detectara la raíz de las enfermedades humanas de esta índole”.
    Cuáles son los problemas y las enfermedades consecuentes?

    1. estebanmv Avatar

      Gracias por leer y comentar. Los problemas que hablo aquí son los que afecten directamente a la vida de una persona a causa de sí misma, traumas y concepciones que no dejen tener una saludable sexualidad. Es decir, no se considera enfermedad o problema alguna orientación explicitada por alguien más. El problema, para ser problema, viene desde la persona con respecto a su medio, no del medio con respecto la persona.

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